Cinco conclusiones clave de la COP5: avances, desafíos y lo que nos espera
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La COP29, celebrada en Bakú (Azerbaiyán), concluyó tras intensas negociaciones. Si bien la cumbre permitió alcanzar acuerdos clave, las divisiones y frustraciones pusieron de relieve los desafíos que supone abordar la crisis climática mundial. A continuación, presentamos un análisis exhaustivo de las conclusiones más importantes y lo que significan para el camino a seguir.
La COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán, concluyó con varias decisiones clave que afectan al sector empresarial:
- Compromiso de financiación climática: Los países desarrollados se comprometieron a aportar 300 millones de dólares anuales hasta 2035 para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente al cambio climático. Esta financiación tiene por objeto apoyar los esfuerzos de adaptación y la transición a fuentes de energía renovables. Sin embargo, algunos países en desarrollo han criticado esta cantidad por considerarla insuficiente en comparación con los 1.3 billones de dólares que consideran necesarios.
- Marco del mercado mundial del carbono: Tras una década de negociaciones, la COP29 finalizó las reglas para los mercados mundiales de carbono en virtud del Artículo 6 del Acuerdo de París. Este marco establece mecanismos para el comercio de créditos de carbono, con el objetivo de movilizar inversiones significativas en proyectos de reducción de emisiones. El acuerdo incluye disposiciones para garantizar la credibilidad y la eficacia del sistema en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Estándares mejorados de información climática: La conferencia destacó la importancia de la transparencia en la presentación de informes sobre el clima e instó a las empresas a adoptar prácticas de divulgación estandarizadas. Esta medida tiene por objeto mejorar la rendición de cuentas y permitir que los inversores tomen decisiones informadas en función del impacto ambiental de las empresas.
- Centrarse en las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN): Se espera que los países presenten sus contribuciones determinadas a nivel nacional actualizadas antes de febrero de 2025, en las que se describan las estrategias para reducir las emisiones y adaptarse a los impactos climáticos. Este proceso alienta a las empresas a alinear sus operaciones con los objetivos climáticos nacionales, lo que podría influir en los entornos regulatorios y la dinámica del mercado.
1. Un acuerdo sobre financiación climática
Uno de los principales logros de la cumbre fue el compromiso de los países desarrollados de aportar 300 millones de dólares anuales hasta 2035 para apoyar a los países en desarrollo en la lucha contra el cambio climático. El acuerdo tiene por objeto financiar dos áreas clave:
Adaptación: Construir infraestructura resiliente, agricultura sostenible y defensas contra fenómenos climáticos extremos.
Transición Energética: Ampliar proyectos de energía renovable y reducir la dependencia de combustibles fósiles.
Controversia internacional: la promesa no alcanza los 1.3 billones de dólares anuales que las naciones vulnerables dicen necesitar. Países en desarrollo como India, Nigeria y Malawi expresaron que el acuerdo es insuficiente.
Chandni Raina, delegada de la India, calificó el acuerdo como “una suma insignificante” declarando “Este documento es poco más que una ilusión óptica. En nuestra opinión, no abordará la enormidad del desafío que todos enfrentamos”.
Chandni Raina, delegada de la India
A pesar de estas críticas, el Secretario Ejecutivo de Cambio Climático de la ONU, Simon Stiell, defendió el compromiso: “Este nuevo objetivo financiero es una póliza de seguro para la humanidad… Las promesas deben cumplirse para proteger miles de millones de vidas”.
El verdadero desafío radica en su implementación. El acuerdo depende de contribuciones de una combinación de fuentes públicas y privadas, incluidos bancos internacionales, gobiernos e inversores privados. Los expertos advierten que sin mecanismos de pago concretos, la promesa podría quedar sin cumplirse.
2. Mercados de carbono: un hito que se alcanzó hace una década
Tras años de negociación, la COP29 finalizó las normas para los mercados mundiales de carbono en virtud del artículo 6 del Acuerdo de París. El acuerdo establece dos mecanismos:
Artículo 6.2: Permite el comercio bilateral de créditos de carbono entre países.
Artículo 6.4: Crea un sistema global de acreditación para proyectos de reducción de emisiones
Los créditos de carbono se generan a partir de iniciativas como la reforestación o los proyectos de energía renovable, y permiten a los países o empresas compensar las emisiones. Los defensores creen que el sistema podría liberar miles de millones de dólares para proyectos climáticos y, al mismo tiempo, reducir las emisiones.
"“No se trata de un mero trozo de burocracia arcana de la ONU”, dijo Simon Stiell. “Los mercados de carbono ayudan a los países a implementar sus planes climáticos de manera más rápida y económica, reduciendo las emisiones”.."
Sin embargo, persisten las preocupaciones sobre la transparencia y la aplicación. Carbon Market Watch criticó el acuerdo y advirtió “mercados de carbono vaqueros” con una supervisión mínima.
Jonathan Crook, su responsable de políticas, dijo: “Los países siguen siendo libres de comercializar créditos de carbono de baja calidad… sin ninguna supervisión real”.
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El éxito de las nuevas normas dependerá de cómo se implementen y de si realmente impulsan reducciones de emisiones.
3. Un año crítico para los planes climáticos nacionales
El camino hacia 2030 depende de que los países presenten sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) actualizadas antes de febrero de 2025. Estos planes delinearán la estrategia de cada nación para reducir las emisiones y adaptarse a los impactos del cambio climático.
Varios países, entre ellos el Reino Unido, Brasil y los Emiratos Árabes Unidos, recibieron elogios en la COP29 por sus ambiciosas contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés). Estos planes se centran en la eliminación gradual de los combustibles fósiles y la ampliación de la energía renovable.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, pidió a todas las naciones que sigan su ejemplo: “El fin de la era de los combustibles fósiles es una inevitabilidad económica. Los nuevos planes nacionales deben acelerar el cambio y contribuir a garantizar que se produzca con justicia”.
Las contribuciones determinadas a nivel nacional actualizadas serán una prueba decisiva para el compromiso mundial con las metas de cero emisiones netas. Para que los países en desarrollo alcancen estas metas, será necesario concretar plenamente la promesa de financiación de 300 millones de dólares.
4. Oportunidades para los países anfitriones
Ubicado en la encrucijada entre Europa y Asia, Azerbaiyán representa una perspectiva geopolítica y económica única en el debate mundial sobre el clima. Como uno de los principales exportadores de petróleo y gas del mundo, la dependencia de Azerbaiyán de los hidrocarburos ha sido durante mucho tiempo fundamental para su economía. La celebración de la COP29 permitió al país poner de relieve los desafíos que enfrenta para equilibrar las realidades económicas con los compromisos en materia de acción climática.
En los últimos años, Azerbaiyán ha asumido compromisos públicos para diversificar su sector energético. El gobierno ha firmado acuerdos internacionales sobre el clima, incluido el Acuerdo de París, y se ha fijado el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 35% para 2030 en comparación con los niveles de 1990. La COP29 ofreció a Azerbaiyán una plataforma para mostrar sus planes de inversión en energías renovables, incluidos proyectos eólicos y solares, al tiempo que buscaba alianzas para acelerar su transición energética.
Desde una perspectiva estratégica, la elección de Azerbaiyán puso de relieve los desafíos que enfrentan las naciones dependientes de los combustibles fósiles, que son actores fundamentales en la acción climática global. También subrayó la importancia de involucrar a todas las partes interesadas, incluidas aquellas que deben transitar la difícil transición para abandonar los hidrocarburos, en la conversación global sobre el clima.
5. COP30 en Brasil: el próximo gran evento
La COP30, que se celebrará en Belém (Brasil), ya está siendo aclamada como la “COP de las COP”. La ministra brasileña de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva, enfatizó la urgencia de la próxima cumbre: “No hay más tiempo que perder. Nuestro objetivo será hacer lo que sea necesario para mantener el objetivo de 1.5 °C a nuestro alcance”.
Sin embargo, los planes de Brasil de ampliar la producción de combustibles fósiles ensombrecen su papel como país anfitrión. Los críticos sostienen que alinear los objetivos climáticos con la producción de combustibles fósiles será un desafío importante para el país.
La enviada brasileña para el clima, Ana Toni, prometió que se hará hincapié en “una transición justa para poner fin a los combustibles fósiles”. La próxima cumbre probablemente se centrará en finalizar los marcos para la reducción de emisiones y consolidar los compromisos con las energías renovables.
Conclusiones finales de la COP29
La COP29 marcó un avance notable en el fomento de la financiación climática y los mecanismos del mercado de carbono, lo que demuestra el compromiso de la comunidad mundial con la lucha contra el cambio climático. Si bien los desafíos, como las brechas de financiación y la dinámica geopolítica, subrayan la complejidad de las negociaciones internacionales, también destacan las oportunidades de colaboración e innovación.
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