El mayor partido de la UE pide eliminar la ley anti-lavado verde por la preocupación por la carga que supone para las empresas.

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- El Grupo PPE se opone formalmente a la Directiva sobre reclamaciones verdes, alegando una complejidad y una carga regulatorias excesivas.
- Los legisladores argumentan que la directiva carece de un análisis coste-beneficio adecuado y no justifica su impacto en las empresas.
- Un punto clave de discordia es el mecanismo de aprobación previa de las declaraciones medioambientales, considerado incompatible con las normas del mercado de la UE.
En una carta formal a la comisaria Jessika Roswall, el Partido Popular Europeo (PPE) ha pedido la retirada completa de la Directiva sobre reclamaciones verdes (GCD) propuesta por la UE, citando importantes preocupaciones sobre la carga administrativa, la coherencia jurídica y la falta de justificación regulatoria.
El PPE, el mayor grupo político del Parlamento Europeo, enfatizó que apoya los esfuerzos para frenar el lavado de imagen ecológico y empoderar a los consumidores para que tomen decisiones ambientales informadas. Sin embargo, declaró inequívocamente:
"La posición cuidadosamente meditada del Grupo PPE es que no apoyaremos ningún resultado del trílogo”.
El problema radica en el supuesto incumplimiento de la Directiva de Mejora de la Legislación (GCD) por parte de la UE. La directiva, introducida por la Comisión Europea en marzo de 2023, busca garantizar que las empresas fundamenten sus declaraciones ambientales con evidencia científica y verificación por terceros. Sin embargo, el PPE advierte que estos requisitos podrían ser contraproducentes.
"El GCD corre el riesgo de obstaculizar indebidamente la comunicación sobre sostenibilidad mediante procedimientos que son excesivamente complejos, administrativamente onerosos y costosos”. escribí Los eurodiputados Arba Kokalari y Danuše Nerudová.
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Los legisladores critican la ausencia de una evaluación de impacto adecuada, afirmando que la Comisión no ha demostrado que los beneficios de la directiva superen sus costos.
"Sencillamente, no existe ningún análisis de costo-beneficio específico ni datos de respaldo que sustenten el ambicioso sistema propuesto por el GCD”. Ellos discutieron.
Una de las disposiciones más controvertidas es la propuesta requisito de aprobación previa para declaraciones ambientales, algo que el PPE considera sin precedentes y problemático.
"La aprobación previa de solicitudes no es un mecanismo estándar en el mercado interior y no se aplica en todos los sectores”. la carta dice. "“Podría sentar un precedente difícil de conciliar con nuestros objetivos más amplios de coherencia regulatoria, competitividad y simplificación administrativa”.
A pesar de haber respaldado la Directiva sobre el Empoderamiento de los Consumidores para la Transición Verde a principios de este año, el PPE ahora considera que la Directiva de Equidad de los Consumidores (GCD) es incompatible con los objetivos de la UE en materia de eficiencia regulatoria. Con la inminente negociación del trílogo, el futuro de la directiva podría depender de si las instituciones de la UE pueden abordar las preocupaciones del PPE o arriesgarse a perder un apoyo parlamentario crucial.
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