EE.UU. se niega a respaldar la declaración climática del Banco Mundial firmada por 19 directores
• 19 de los 25 directores ejecutivos del Banco Mundial respaldan la continuidad del financiamiento climático a pesar de la oposición de Estados Unidos.
• Directores que representan a 120 naciones piden alinearse con el Acuerdo de París y establecer un objetivo de financiamiento climático del 45%.
• La brecha pone de relieve la creciente división geopolítica sobre el papel de los bancos multilaterales en la descarbonización global.
Sala de juntas dividida ante la negativa de EE. UU. a respaldar la declaración sobre el clima
Diecinueve de los 25 directores ejecutivos del Banco Mundial emitieron una declaración conjunta reafirmando su compromiso con las prioridades de acción climática del banco, a pesar de la oposición de Estados Unidos, su mayor accionista. La declaración, firmada por directores que representan a 120 países, reitera su apoyo al objetivo del Banco Mundial de destinar el 45 % de su financiamiento anual a proyectos relacionados con el clima y de mantener la alineación con el Acuerdo de París.
Estados Unidos, junto con Rusia, Kuwait y Arabia Saudita, se negaron a firmar el documento. Japón e India se abstuvieron, supuestamente debido a las negociaciones comerciales en curso con Washington. La declaración, revisada por Reuters, sigue a una reunión del directorio con la gerencia del Banco Mundial y llega apenas unos días antes de las reuniones anuales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington.
La medida expone una creciente división entre la mayoría de los países miembros que presionan por un mandato climático ampliado y un grupo más pequeño, liderado por Estados Unidos, que sostiene que la institución debería volver a centrarse en los objetivos de desarrollo tradicionales, como la reducción de la pobreza y el financiamiento de infraestructura.
Tensiones sobre las prioridades climáticas
En las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial celebradas en abril, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, instó a ambas instituciones a "reenfocarse en sus mandatos fundamentales", sugiriendo que la política climática había exigido demasiado espacio institucional. Esta postura se ha endurecido desde entonces bajo la presidencia de Donald Trump, quien retiró a Estados Unidos del acuerdo climático de París poco después de asumir el cargo y recientemente calificó el cambio climático de "estafa".
El liderazgo del Banco Mundial, que en su momento se pronunció abiertamente sobre cuestiones climáticas, ha mantenido en gran medida el debate público en silencio desde el regreso de Trump al cargo. No se espera que las reuniones conjuntas de la próxima semana, tradicionalmente utilizadas para mostrar avances en sostenibilidad y reforma de la deuda, incluyan el clima de forma destacada en la agenda formal.
Sin embargo, para los 19 firmantes, el clima sigue siendo parte integral de la misión de desarrollo del banco.Reafirmamos nuestro apoyo al papel de liderazgo del Grupo del Banco Mundial en las instituciones financieras internacionales en materia de acción climática y natural.”, escribieron los directores, instando al banco a seguir promoviendo “caminos bajos en carbono, resilientes al clima y positivos para la naturaleza”.
Presión de los mercados europeos y emergentes
La declaración conjunta coincide estrechamente con el llamamiento de la Unión Europea de esta semana para acelerar la reforma de los bancos de desarrollo globales, permitiéndoles destinar más capital a la adaptación climática y la transición energética en los mercados emergentes. La UE y varios países en desarrollo consideran que la financiación climática del Banco Mundial es fundamental para liberar capital concesional y combinado a gran escala, en particular para los países que enfrentan un aumento del coste de la deuda vinculado a la vulnerabilidad climática.
Los directores enfatizaron que las economías en desarrollo exigen un mayor apoyo institucional para diseñar planes climáticos y de desarrollo a largo plazo, impulsar marcos de mercado de carbono y ampliar el financiamiento para la adaptación. También instaron al banco a ayudar a los trabajadores y las comunidades en la transición hacia el abandono del carbón, calificando el proceso de "complejo pero esencial para la transición energética".
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Las áreas señaladas como deficiencias en el actual Plan de Acción contra el Cambio Climático incluyen la reducción de la contaminación, la integración de la naturaleza y la ampliación de los proyectos de resiliencia más allá de las fases piloto. Estas prioridades, señalaron los directores, deben abordarse mediante una programación actualizada y una coordinación más estrecha con los gobiernos nacionales.
Gobernanza, finanzas y la brecha climática global
La disidencia estadounidense llega en un momento crucial para el Banco Mundial, que se encuentra bajo presión de los accionistas para aumentar el apalancamiento de su balance y canalizar más financiación hacia bienes públicos globales. La decisión de Washington de abstenerse de la declaración sobre el clima subraya las fracturas geopolíticas que configuran el futuro de los préstamos multilaterales: mientras los directores europeos y de países en desarrollo buscan una mayor ambición climática, Estados Unidos y un puñado de aliados argumentan que el clima no debería diluir el mandato del banco de reducción de la pobreza.
Los observadores dicen que el debate influirá en cómo el Banco Mundial asignará su próxima ronda de aumentos de capital y cómo implementará su “hoja de ruta de evolución” para abordar riesgos transfronterizos como el cambio climático y las pandemias.
A medida que comienzan las reuniones anuales, la ausencia del respaldo de Estados Unidos puede complicar la creación de consenso en torno a nuevos marcos de préstamos climáticos, pero también refuerza la determinación de la mayoría de los estados miembros de mantener viva la agenda climática del Banco Mundial.
En palabras de un director que firmó la declaración: “Los países clientes no piden menos acción climática: piden más herramientas, más financiación y más certeza”.
Para los inversores, los responsables de las políticas y las instituciones centradas en el clima, la próxima semana pondrá a prueba si el Banco Mundial puede mantener sus compromisos climáticos en medio de una renovada resistencia política de su accionista más poderoso, una prueba que repercutirá mucho más allá de Washington.







