Fondos climáticos públicos versus privados: cerrar la brecha para un futuro sostenible – Estudio MSCI
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La reciente explosión de vehículos de inversión centrados en el clima ha suscitado una pregunta crucial: ¿qué impacto tienen estos fondos para impulsar la transición hacia un futuro sostenible? Una mirada más cercana a la composición de los fondos climáticos públicos y privados, como se revela en este estudio de MSCI, revela algunas diferencias clave detrás de etiquetas aparentemente similares.
Un diluvio de fondos climáticos
Tanto los mercados públicos como los privados han sido testigos de una avalancha de fondos relacionados con el clima en los últimos años. Los fondos públicos para el clima, que cuentan con la asombrosa cifra de 500 mil millones de dólares en activos bajo gestión, han experimentado un aumento particularmente dramático, con más del 70% lanzado desde principios de 2020. Esta tendencia refleja el mercado privado, donde los fondos climáticos (por un total de 90.5 mil millones de dólares) experimentaron un aumento en los lanzamientos entre 2020 y el tercer trimestre de 3, superando el total combinado de los nueve años anteriores.
Estrategias divergentes bajo la bandera climática
Si bien sus nombres pueden sugerir un enfoque unificado, los fondos climáticos públicos y privados exhiben estrategias de inversión distintas. Los fondos privados tienden a favorecer los activos reales, y la electricidad renovable representa una parte significativa (más del 40%) de su valor liquidativo. Además, los fondos de infraestructura y capital de riesgo desempeñan un papel destacado, a menudo apuntando a los sectores industrial y de materiales, áreas cruciales para la descarbonización pero que aún albergan emisiones significativas.
Los fondos públicos para el clima, por otro lado, invierten principalmente en acciones. La tecnología de la información y las industrias con bajas emisiones de carbono dominan sus carteras, a menudo logradas a través de inversiones en fondos cotizados en bolsa (ETF) y fondos mutuos con bajas emisiones de carbono. Estos fondos se centran en empresas con huellas de carbono demostrablemente reducidas en comparación con los puntos de referencia de la industria.
Transparencia: cerrar la brecha para tomar decisiones de inversión más ecológicas
Para los inversores que buscan alinear sus inversiones con objetivos climáticos específicos, es fundamental comprender las participaciones subyacentes dentro de los fondos climáticos. Sin embargo, los fondos públicos para el clima a menudo carecen de la transparencia que caracteriza a sus contrapartes privadas. Esta opacidad dificulta la evaluación de su verdadero impacto ambiental. Están surgiendo iniciativas como el ESG Integrated Disclosure Project para cerrar esta brecha fomentando informes más consistentes en toda la industria. Estos esfuerzos son esenciales para garantizar que los inversores puedan tomar decisiones informadas y canalizar su capital hacia fondos que de manera demostrable contribuyan a un futuro sostenible.
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Mirando hacia el futuro: un llamado a la transparencia granular
El rápido crecimiento de los fondos climáticos significa un compromiso creciente hacia la inversión sostenible. Sin embargo, existen diferencias significativas entre los fondos públicos y privados en términos de asignación de activos y enfoque. Una mayor transparencia con respecto a las tenencias de fondos es esencial en dos frentes. En primer lugar, permite a los inversores tomar decisiones informadas que se alineen con sus objetivos climáticos específicos. En segundo lugar, fomenta una mayor rendición de cuentas dentro del sector financiero, asegurando que el aumento de los fondos climáticos se traduzca en una aceleración tangible de la transición global hacia una economía baja en carbono.