Jane Goodall, ícono mundial de la conservación y experta en primates, fallece a los 91 años
- Ciencia revolucionadaLa investigación de Goodall sobre chimpancés en Gombe Stream transformó la comprensión mundial de los animales, documentando emociones, personalidades y el uso de herramientas.
- Defensor globalPasó de ser primatóloga a activista del clima y la conservación, fundando el Instituto Jane Goodall y el movimiento juvenil Roots & Shoots.
- Herencia duraderaHonrada como Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas, Dama del Imperio Británico y ganadora de la Medalla Presidencial de la Libertad de los Estados Unidos, deja atrás toda una vida de activismo.
Una vida dedicada a la naturaleza
La Dra. Jane Goodall, la primatóloga y conservacionista más reconocida del mundo, falleció el miércoles a los 91 años durante una gira de conferencias en California, anunció el Instituto Jane Goodall. Falleció por causas naturales.
Los descubrimientos de la Dra. Goodall como etóloga revolucionaron la ciencia, y fue una incansable defensora de la protección y restauración de nuestro mundo natural. dijo su instituto.
Nacida en Londres en 1934, Goodall cumplió su sueño de infancia de trabajar con animales cuando viajó a Kenia en 1957, donde conoció al famoso antropólogo Louis Leakey. Tres años después, comenzó su innovadora investigación con chimpancés en el arroyo Gombe, Tanzania.

Rompiendo barreras en la ciencia
En una época en la que las científicas eran escasas, Goodall transformó el campo al nombrar, en lugar de numerar, a los chimpancés y documentar sus emociones, vínculos sociales y uso de herramientas. Sus observaciones desdibujaron las fronteras entre los humanos y otros primates, obligando a los científicos a replantearse las definiciones de la humanidad misma.
Aunque tempranamente la descartaron por ser una “chica sin formación”, la perseverancia de Goodall le valió un doctorado en Cambridge y el reconocimiento como una de las etólogas más importantes del mundo.
De científico a activista global
Para la década de 1980, Goodall había cambiado su enfoque de la investigación pura a la defensa de los derechos. Fundó el Instituto Jane Goodall en 1977 para apoyar la conservación en África y otros lugares, y posteriormente lanzó Roots & Shoots para inspirar el activismo juvenil en todo el mundo.
Viajando hasta 300 días al año, instó a líderes y comunidades a afrontar el cambio climático y proteger los ecosistemas. Incluso en sus últimos años, continuó participando como ponente en foros globales, el más reciente en la Semana del Clima de Nueva York.
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Un legado de esperanza
Goodall escribió más de 30 libros, incluidos Razón para la esperanzay se convirtió en una voz de optimismo a pesar de los desafíos ambientales.
“Sí, hay esperanza” manifestó. “Está en nuestras manos, está en tus manos, en las mías y en las de nuestros hijos”.
Las Naciones Unidas, que la nombraron Mensajera de la Paz en 2002, le rindieron homenaje: “Trabajó incansablemente por nuestro planeta y todos sus habitantes, dejando un legado extraordinario para la humanidad y la naturaleza”.
A Goodall le sobrevive su hijo, Hugo “Grub” van Lawick Jr. El trabajo de su vida continúa a través del instituto que lleva su nombre, el estudio sobre chimpancés salvajes de mayor duración en el mundo y los millones de personas a quienes inspiró a luchar por el planeta.







