JPMorgan sale, BlackRock retrocede: gran revés para la acción climática 100+

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Las recientes salidas de importantes actores como JPMorgan Asset Management (JPMAM) y State Street Global Advisors (SSGA) de Climate Action 100+ han provocado conmociones en el panorama inversor para la acción climática. Estas salidas, junto con la degradación de la participación de BlackRock, plantean preguntas críticas sobre la efectividad del grupo y su trayectoria futura.
La medida del JPMAM se atribuyó a sus sólidas capacidades de participación interna, lo que sugiere una sensación de autosuficiencia en el logro de los objetivos climáticos. Dijeron: “JP Morgan Asset Management (JPMAM) no renovará su membresía en Climate Action 100+ en reconocimiento a la importante inversión que ha realizado en su equipo de gestión de inversiones y capacidades de participación, así como el desarrollo de su propio marco de participación en el riesgo climático en el pasado. Par de años."
SSGA, sin embargo, expresó su preocupación por los requisitos de la “fase 2” del grupo, que cambian el enfoque de la mera divulgación a la reducción activa de emisiones. Ellos dijeron: "SSGA ha concluido que los requisitos mejorados de la fase 100 de Acción Climática 2+ para los signatarios no son consistentes con nuestro enfoque independiente para la votación por poder y la participación de las empresas de cartera.BlackRock se hizo eco de preocupaciones similares, citando posibles conflictos con las leyes estadounidenses en materia de deberes fiduciarios.
Estas decisiones no pueden verse de forma aislada. La creciente presión política en EE. UU., particularmente de los legisladores republicanos y de ciertos estados, ha impactado significativamente la inversión ESG y a grupos como Climate Action 100+. Las acusaciones de “boicotear” la industria de los combustibles fósiles y violar las leyes antimonopolio han llevado a varios estados a prohibir a las empresas involucradas en dichos grupos hacer negocios con ellos. Esto crea un efecto paralizador en los esfuerzos de compromiso climático, lo que dificulta que los inversores impulsen activamente la acción climática corporativa.
A pesar de estos reveses, Climate Action 100+ sigue siendo desafiante, afirmando un crecimiento continuo con más de 60 nuevos miembros que se unieron desde los cambios de la fase 2. Destacan su compromiso de colaborar con las empresas e influir en sus políticas climáticas, destacando su historial de éxito.
Sin embargo, la pregunta clave sigue siendo: ¿puede Climate Action 100+ responsabilizar efectivamente a las empresas sin el respaldo de las principales instituciones financieras como JPMAM, SSGA y BlackRock? Si bien el crecimiento continuo significa resiliencia, el grupo enfrenta una batalla cuesta arriba. Navegar en el panorama cada vez más politizado que rodea a la inversión ESG requiere un delicado equilibrio entre abogar por un cambio impactante y navegar en el complejo entorno político y legal.
Varios factores podrían influir en el futuro del grupo. El resultado de las impugnaciones legales contra Estados que apuntan a prácticas ESG podría ofrecer cierta claridad. Además, el panorama político en Estados Unidos, particularmente después de las próximas elecciones, podría afectar significativamente la capacidad del grupo para operar y participar de manera efectiva.
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Además, la propia Acción Climática 100+ debe adaptarse. Podría ser crucial redoblar su estrategia de “fase 2” y al mismo tiempo abordar las preocupaciones planteadas por los miembros salientes. También puede ser necesario crear coaliciones más fuertes con inversores y socios internacionales más pequeños y ágiles para diversificar su membresía y garantizar su viabilidad a largo plazo.
En última instancia, la historia de Climate Action 100+ está lejos de terminar. Si bien las recientes salidas son sin duda un revés, también sirven como una oportunidad para la introspección y la adaptación. La capacidad del grupo para navegar por el complejo panorama político y legal, construir coaliciones más amplias y demostrar su eficacia para impulsar reducciones de emisiones en el mundo real será clave para su éxito futuro y el impulso más amplio para la acción climática a través de la participación de los inversores.