EE.UU. reconoce que el 68% de los líderes corporativos están involucrados en prácticas de lavado verde: ERM

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- El 68% de los líderes corporativos estadounidenses admiten haber hecho un lavado de cara verde.
- Más de la mitad de las reclamaciones medioambientales carecen de credibilidad.
- La inteligencia artificial y la experiencia humana pueden abordar juntas el lavado verde.
Un informe reciente de Environmental Resources Management (ERM) destaca un problema importante dentro del mercado de calificación ESG: el lavado verde. Según el estudio, el 68% de los líderes corporativos en Estados Unidos admiten participar en prácticas de lavado verde. Esta revelación subraya la importancia de la vigilancia a la hora de evaluar las afirmaciones medioambientales de las empresas para los inversores y los evaluadores ESG.
Entendiendo el lavado verde
El lavado verde implica hacer afirmaciones ambientales falsas o no verificadas para engañar al público y a los inversores. La Sociedad de Derecho del Reino Unido define el lavado verde como “declaraciones falsas o engañosas sobre el desempeño o impacto ambiental de una empresa, producto o servicio”. Si bien algunos casos no son intencionales debido a términos vagos como “cero emisiones netas” y “ecológico”, las consecuencias legales son igualmente graves.
Los riesgos asociados
El aumento mundial del interés ESG ha dado lugar a declaraciones engañosas, lo que ha provocado nuevas medidas regulatorias:
- Europa: Directiva de afirmaciones ecológicas de la UE, Directiva de empresas europeas, Directiva de informes de sostenibilidad corporativa, Requisitos de divulgación de sostenibilidad del Reino Unido.
- NOSOTROS: Sección 5 de la Ley de la Comisión Federal de Comercio, Divulgaciones climáticas de la SEC, Grupo de trabajo de aplicación de ESG.
- Asia: El esquema de etiquetado verde de Singapur, la Ley de apoyo a la industria y la tecnología ambiental de Corea del Sur, las Directrices de reclamaciones ecológicas de Japón.
El informe destaca el escándalo de Volkswagen de 2015, donde la compañía pagó más de 20 mil millones de dólares en multas por manipular datos de emisiones, como un ejemplo destacado de las graves repercusiones del lavado verde.
Lo que está en juego para los calificadores ESG
ERM enfatiza el papel crucial de los calificadores ESG en la identificación del lavado verde. Deben proporcionar evaluaciones precisas mediante:
- Evaluación del desempeño corporativo: Garantizar que las reclamaciones sean analizadas y evaluadas para determinar su precisión.
- Toma de decisiones de inversión: Ofreciendo información confiable para alinear portafolios con empresas sustentables.
- Promoción de la rendición de cuentas y la transparencia: Alentar a las empresas a mejorar el rendimiento y mantener la confianza de los inversores.
Identificando el lavado verde
ERM describe varios métodos que los calificadores de ESG utilizan para detectar el lavado verde, a pesar de las limitaciones inherentes. Las tecnologías avanzadas como el procesamiento del lenguaje natural (NLP) ayudan a identificar y evaluar el lavado verde mediante el análisis de texto y la detección de sentimientos. Sin embargo, la IA por sí sola no puede abordar plenamente el problema debido a sus limitaciones en contexto y evidencia, lo que requiere supervisión humana.
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IA y experiencia humana: un equipo poderoso
ERM sugiere que combinar la IA con la experiencia humana ofrece oportunidades prometedoras para abordar el lavado verde. La IA puede ayudar a identificar patrones y anomalías del lenguaje, mientras que el juicio humano garantiza una comprensión integral de los riesgos ESG. Este enfoque combinado puede mejorar la precisión y la transparencia de las evaluaciones de lavado verde, protegiendo a los inversores de riesgos regulatorios, financieros y de reputación.
ERM El informe destaca la necesidad crítica de calificaciones ESG precisas y subraya la importancia de integrar los riesgos de lavado verde en las evaluaciones. Al aprovechar la inteligencia artificial y la experiencia humana, los calificadores de ESG pueden detectar y mitigar mejor el lavado verde, garantizando que los inversores reciban información confiable para sus decisiones de inversión sostenible.