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Una nueva era para la gobernanza económica de la UE: equilibrar la sostenibilidad con el crecimiento

Una nueva era para la gobernanza económica de la UE: equilibrar la sostenibilidad con el crecimiento

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La Comisión acoge con satisfacción un acuerdo entre el Parlamento Europeo y el Consejo sobre la reforma más ambiciosa y completa del marco de gobernanza económica de la UE desde la crisis económica y financiera.

La Comisión presentó sus propuestas de reforma en abril de 2023.

Los principales objetivos del marco son reforzar la sostenibilidad de la deuda de los Estados miembrospromover un crecimiento sostenible e inclusivo en todos los Estados miembros mediante reformas que impulsen el crecimiento e inversiones prioritarias. El marco ayudará a que la UE sea más competitiva y esté mejor preparada para los desafíos futuros apoyando el progreso hacia una economía verde, digital, inclusiva y resiliente.

Las reformas abordan las deficiencias del marco actual. Buscan garantizar que el marco sea más simple, más transparente y eficaz, con una mayor implicación nacional y una mejor aplicación. Tienen en cuenta la necesidad de reducir los crecientes niveles de deuda pública, incluso como resultado de la pandemia de COVID-19, de manera realista, gradual y sostenida. El nuevo marco también se basa en las lecciones aprendidas de la respuesta política de la UE a la crisis financiera, donde la falta de inversión obstaculizó una rápida recuperación económica.

Mayor apropiación nacional con planes a mediano plazo

Los nuevos planes estructurales fiscales a mediano plazo están en el centro del nuevo marco. Los Estados miembros diseñarán y presentarán planes que establezcan sus objetivos fiscales, reformas e inversiones prioritarias y medidas para abordar cualquier posible desequilibrio macroeconómico durante un período de ajuste fiscal. El "período de ajuste" se refiere al período dentro del cual, mediante una combinación de ajustes fiscales, reformas e inversiones, el nivel de deuda de un Estado miembro se sitúa en una senda descendente sostenible.

Posteriormente, estos planes serán evaluados por la Comisión y respaldados por el Consejo, sobre la base de criterios comunes de la UE.

Integrar los objetivos fiscales, de reforma y de inversión en un único plan de mediano plazo ayudará a crear un proceso coherente y racionalizado. Fortalecerá la implicación nacional al brindar a los Estados miembros mayor margen de maniobra para establecer sus propias trayectorias de ajuste fiscal y compromisos de reforma e inversión. Los Estados miembros presentarán informes de progreso anuales para facilitar un seguimiento y una aplicación más eficaces de la implementación de estos compromisos.

Este nuevo proceso de supervisión fiscal se integrará en el actual Semestre Europeo, que seguirá siendo el marco central para la coordinación de las políticas económicas y de empleo.

Normas más simples que tengan en cuenta los diferentes desafíos fiscales

El nuevo marco introduce una supervisión basada en el riesgo que diferencia entre los Estados miembros en función de sus situaciones fiscales individuales. Este enfoque se adherirá a un marco común transparente de la UE respaldado por salvaguardias para garantizar que la deuda siga una trayectoria descendente (la salvaguardia de la sostenibilidad de la deuda) o proporcionará un margen de seguridad por debajo del valor de referencia del déficit del Tratado del 3% del PIB con el fin de crear fondos fiscales. colchones (la salvaguardia de la resiliencia del déficit).

Un único indicador operativo –el gasto primario neto– servirá como base para la supervisión fiscal, simplificando así las reglas fiscales.

Para los Estados miembros con un déficit público superior al 3% del PIB o una deuda pública superior al 60% del PIB, la Comisión publicará una “trayectoria de referencia” específica para cada país. Esta trayectoria proporcionará orientación a los Estados miembros para preparar sus planes y garantizará que la deuda siga una trayectoria descendente plausible o se mantenga en niveles prudentes.

Para los Estados miembros con un déficit público inferior al 3 % del PIB y una deuda pública inferior al 60 % del PIB, la Comisión proporcionará información técnica para garantizar que el déficit se mantenga por debajo del valor de referencia del 3 % del PIB a medio plazo. Esto se hará a petición del Estado miembro.

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Promoción de reformas e inversiones

Se necesitan tanto reformas como inversiones para enfrentar los desafíos nuevos y existentes. También son componentes esenciales de planes creíbles de reducción de la deuda. El nuevo marco facilitará y alentará a los Estados miembros a implementar las medidas necesarias para asegurar las transiciones verde y digital, fortalecer la resiliencia económica y social y reforzar la capacidad de seguridad de Europa.

Los Estados miembros que se comprometan a implementar reformas e inversiones diseñadas para lograr estos objetivos se beneficiarán de un período de ajuste más gradual, ampliado de cuatro a siete años. Estas medidas deben cumplir criterios específicos, en particular abordando recomendaciones específicas por país emitidas a los Estados miembros en el contexto del Semestre Europeo o apuntando al logro de prioridades políticas específicas de la UE.

Las reformas y los compromisos de inversión de los Planes nacionales de Recuperación y Resiliencia se tendrán en cuenta para una ampliación del periodo de ajuste en la primera ronda de los planes.

La Comisión tendrá en cuenta una serie de factores pertinentes a la hora de evaluar la existencia de un déficit excesivo. Un aumento de la inversión gubernamental en defensa se reconocería explícitamente como uno de esos factores relevantes. Otros factores relevantes incluyen la situación de la deuda pública del Estado miembro, la evolución económica y presupuestaria y la implementación de reformas e inversiones.

Mejorar la aplicación

Las reglas requieren cumplimiento. Si bien el nuevo marco proporciona a los Estados miembros más margen de maniobra sobre el diseño de sus planes, también establece un régimen de cumplimiento reforzado para garantizar que los Estados miembros cumplan sus compromisos. Los Estados miembros presentarán informes anuales de situación centrados en la aplicación de los compromisos establecidos en sus planes para que los evalúe la Comisión.

La Comisión creará una cuenta de control para registrar las desviaciones de la trayectoria fiscal acordada. Cuando el saldo de la cuenta de control supere un umbral numérico y la deuda del Estado miembro sea superior al 60% del PIB, la Comisión elaborará un informe para evaluar si procede abrir un Procedimiento de Déficit Excesivo. Si no se cumplen los compromisos de reforma y de inversión acordados, se podría acortar el período de ajuste fiscal. Las normas sobre la apertura de un procedimiento de déficit excesivo basado en el déficit se mantienen sin cambios.

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