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Mercados de carbono: una herramienta crucial para la reforma de las necesidades de financiación climática

Mercados de carbono: una herramienta crucial para la reforma de las necesidades de financiación climática

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Los mercados de carbono tienen un inmenso potencial para impulsar la acción climática corporativa, pero se necesitan adaptaciones significativas para desbloquear todo su potencial.

Las empresas desempeñan un papel fundamental en el logro de los objetivos climáticos globales. Sin embargo, para lograr estos objetivos, se requieren incentivos para desbloquear y desplegar financiamiento climático a escala masiva. Esta financiación debería respaldar tanto las emisiones netas cero a corto plazo como la descarbonización completa a largo plazo.

A pesar del reciente escrutinio sobre la efectividad de los proyectos, los créditos de carbono y el mercado voluntario de carbono (VCM) siguen siendo una herramienta poderosa. El VCM alcanzó una cifra estimada de 1.2 millones de dólares en 2022 y se prevé que movilice hasta 40 millones de dólares para 2030.

Sin embargo, esto representa una mera fracción del potencial. Los líderes empresariales han enfatizado la necesidad de reformas estructurales y políticas en los mercados de carbono y el marco más amplio de emisiones netas cero. Estas reformas alentarían a más empresas a participar y aumentarían la inversión de los participantes existentes en áreas críticas como las soluciones basadas en la naturaleza.

Es crucial aclarar que los VCM no deberían ser una justificación para que la industria del petróleo y el gas continúe con la producción de combustibles fósiles. Estas empresas deben priorizar la transición de sus modelos de negocio para alinearlos con los principios establecidos para la eliminación gradual de los combustibles fósiles.

Para otros sectores, las inversiones en créditos de carbono ofrecen un valioso complemento a los esfuerzos en curso para eliminar gradualmente los combustibles fósiles, ampliar la capacidad de energía renovable y mejorar la eficiencia energética. Las investigaciones indican que los créditos de carbono están ayudando a las empresas a acelerar sus esfuerzos de descarbonización y reducir las emisiones. Las empresas informaron que los VCM les permitieron redoblar sus esfuerzos en materia de acción climática, logrando más de lo que podrían sin ellos.

Los beneficios se extienden más allá de las compensaciones de emisiones. Los VCM de alta integridad canalizan capital vital hacia países vulnerables al clima, apoyando el desarrollo sostenible mientras se desarrolla tecnología de descarbonización.

Por lo tanto, los gobiernos, los órganos rectores y las empresas deben aprovechar esta oportunidad para reformar el mercado de carbono. Esta reforma liberará todo el potencial de los créditos de carbono y las soluciones basadas en la naturaleza para impulsar la acción climática global y la descarbonización.

Un paso clave es un mayor reconocimiento del papel de las inversiones en créditos de carbono para impulsar la acción climática corporativa y aumentar la ambición climática empresarial general.

Actualmente, los principales emisores de estándares para la contabilidad de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y los objetivos de sostenibilidad corporativa no reconocen las inversiones voluntarias en el mercado de carbono. Esto disuade a las empresas de liberar más financiación climática y es necesario cambiar para incentivar las inversiones positivas para el clima.

Los líderes empresariales creen que simplemente incluir créditos de carbono en organizaciones como la iniciativa Science Based Targets (SBTi) aumentaría el gasto anual en VCM en un promedio del 10%.

Más allá del reconocimiento, las empresas también necesitan garantías sobre la integridad, la transparencia y la validez de los créditos de carbono para impulsar la inversión. Más de un tercio de las empresas dudan en comprar créditos de carbono debido a preocupaciones sobre la falta de transparencia en la calidad del crédito.

Abordar estas preocupaciones no solo inspirará una mayor inversión en soluciones basadas en la naturaleza, sino que también desencadenará un efecto dominó positivo en toda la acción climática corporativa.

Las investigaciones sugieren que las empresas que participan en VCM descarbonizan sus operaciones dos veces más rápido que las que no participan. Además, una encuesta reciente encontró que más del 60% de los líderes empresariales de las empresas involucradas en VCM creen que los créditos de carbono de alta calidad incentivan una mayor inversión en descarbonización. Los participantes en el VCM también tienen casi el doble de probabilidades de fijar un precio interno del carbono, fomentando un menor uso de combustibles fósiles.

Es evidente que invertir en créditos de carbono y VCM conduce a que las empresas líderes establezcan y alcancen objetivos climáticos corporativos más ambiciosos.

Por lo tanto, los mercados de carbono son un mecanismo crucial para aumentar la ambición entre las empresas conscientes del clima, apoyando la descarbonización dentro y más allá de sus cadenas de suministro.

Sin embargo, el tiempo es esencial. Los créditos de carbono y los VCM representan una oportunidad de “úselo o piérdalo”, especialmente con las crecientes presiones económicas. Sin reformas significativas en el ecosistema empresarial neto cero, el mundo corre el riesgo de perder una fuente fundamental de financiación climática cuando es más probable que las empresas reduzcan el gasto debido a la inflación y posibles recesiones.

Por ejemplo, la mitad de las empresas que ya compran créditos declararon que su presupuesto de créditos de carbono sería absorbido como ahorro si no se utiliza, perdiendo valiosa financiación climática que sería difícil de reemplazar en las condiciones actuales.

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La comunidad empresarial ha hablado. Están listos y dispuestos a participar en mercados de carbono de alta integridad para garantizar que las empresas y el mundo sigan el camino para cumplir los objetivos de sostenibilidad compartidos.

El mundo necesita urgentemente mercados de carbono más fuertes y robustos para aprovechar al sector privado y movilizar el financiamiento climático necesario. Este potencial sin explotar es una oportunidad que la humanidad no puede permitirse el lujo de desperdiciar.

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